EL ARTE NO PUEDE CUMPLIR SU PROMESA.
Fermín Díez de Ulzurrun /104 D.D.
La presente publicación forma parte del programa “La obra escogida por…” producido por el Museo de la Universidad de Navarra.
Espectador de espectadores del Equipo Crónica en los Encuentros de Pamplona 1972
-foto,
Museo Universidad de Navarra
Ficha técnica obra:
Autores: Equipo Crónica (1957-1962). Formado por,
Manuel Valdés (1942) y Rafael Solbes (1940-1981)
Fecha: 1972
Materia: papel maché policromado
Dimensiones: 126.5 x 44 x 71
Edición: pieza perteneciente a una serie no
numerada y no firmada de 100 unidades.
Depósito:
de Juan Lafuente Castells en el Museo Universidad de Navarra.
Descripción pieza:
La pieza producida en papel maché forma parte de
una edición de 100 unidades producidas para los Encuentros de Pamplona de 1972
(55 D.D.) de la que se conservan un número indeterminado en el Museo de la
Universidad de Navarra, el Centro Nacional de Arte Reina Sofía, el museo de
Bellas Artes de Bilbao, Ayuntamiento de Pamplona, entre otras instituciones.
Las piezas fueron producidas en un taller de ninots de la comunidad Valenciana
a encargo del Equipo Crónica.
Formalmente la pieza, así como el trabajo del Equipo Crónica, utilizaba una estética muy próxima al pop art americano y al comic, entre los que podemos citar como referentes más directos a Tom Wesselman o Roy Liechtenstein.
La pieza es una representación de los agentes de la
brigada político social, policía secreta del régimen franquista dedicado a
investigar y perseguir actividades contrarias al régimen.
En fotografías de manifestaciones en todo el país se podía ver con cierta frecuencia a miembros de esta policía política con gabardina, traje negro y unas características gafas de sol. La siguiente imagen de una manifestación en los años 70 en Valencia muestra la enorme precisión con la que los artistas representaron a dicha policía. Entra dentro de lo posible que la publicación de estas u otras fotografías similares inspirase al equipo de origen valenciano en la representación del múltiple presentado en los encuentros de Pamplona de 1972.
Dispositivo.[1]
Las piezas inicialmente iban a ser instaladas en
diferentes puntos de la ciudad la noche previa a la inauguración de los
Encuentros con la intención de que al amanecer, la ciudad se encontrara con
estos personajes por sus calles y plazas.
En varias fuentes consultadas se documenta como
durante la cena de algunos de los participantes en los Encuentros con miembros
de la familia Huarte entre los que se encontraban John Cage, Jean Luc Ferrari y
dado el interés de este último por las esculturas el Equipo Crónica decide
replantear el dispositivo instalándolas en el concierto con capacidad para 1000
personas a celebrarse en las murallas del Redin (finalmente en el frontón
Labrit por el mal tiempo). De esta manera por cada diez asistentes al concierto
había una pieza escultórica.
Cartel:
En el cartel que acompañaba a la publicación que
hacia de catalogo diseñado por José Luis Alexanco, los artistas del Equipo
Crónica incluyen una serie de anotaciones manuscritas que tratamos de listar a
continuación a través de las transcripciones que hacemos para esta publicación
y que también han sido investigadas y comentadas en la tesis doctoral de Iván
López Munuera[2].
Trascripciones de las anotaciones del cartel:
“60 Cmts.”
“100 ejemplares”
“posición sentado con la espalda recta”
“gafa izquierda para observar a la izquierda”
“black moustache”
“bigote negro y poblado, nº 7 del catálogo del peluquero (coiffeur)
Eduardo Arroyo”
“brazo en posición dispuesta”
“camisa gris desapercibido”
“cuello de toro (bull-neck)”
“corbata negro luto”
“closed mouth boca cerrada”
“gabán con camuflaje”
“hombro con hombro con la vanguardia”
“botón nº 1, botón nº 2, botón nº 3”
“silla popular”
“altura aproximada de la cintura”
“botón de manga sleeve bottom”
“altura de 1,70 mt en posición firmes”
“manos sobrias, ágiles, siempre dispuestas”
“dedo índice netweight: 75k gross weight 80”
“dark gray”
“pliegues del pantalón”
“5,5 cmts pantalón gris oscuro”
“hair-cut”
“seating position”
“nº del calzado 42 de talla”
“madera de pino”
“3 ojetes del zapato derecho (para los cordones)”
“medida del espectador de espectadores en posición sentado 1,50 metros”
“como yo en Pamplona somos 100”
“gafa derecha para observar a la derecha”
“orejas atentas del lado derecho”
“mente adiestrada para cualquier “ENCUENTRO””
“hair cut corte de pelo diplomático (brillantina a discreción)”
“solapas anchas y alzadas”
“corazón fuerte pero no insensible ¡atención!”
“¡¡¡MISIÓN!!!: Dada-revival, Conceptual, Povera, Funk, Off-off, Happening,
Underground, Process, Calligramme-revival, Kitsch, Camp, Midd-cult, Mass-cult,
New realismo socialista, Hiper, K. P., Antes del arte, Sinestésico, Action,
Jet-set, Comuna-art”
“chaqueta (tapada por el gabán, del mismo color que el pantalón)”
“consigna: la observación atenta, minuciosa y detallada es la primera
virtud del revolucionario”
“¡santo y seña! el toro enamorado de la luna que abandona por las noches
la mana…”
“zapatos negros charol flexibles para la carrera”
“vivir el arte de vanguardia es
necesario para todo observador”
“la otra mano”
“pequeño espacio lateral derecho en el que realmente no sabemos qué poner
¡supimos!”
-Cartel diseñado por Alexanco para la pieza de Equipo
crónica.
El arte no puede cumplir su
promesa
Fermín Díez de Ulzurrun
El arte no puede cumplir su promesa
Fermín Díez de Ulzurrun
El arte no transforma nada, no cambia el mundo, no
cambia la realidad. Lo que verdaderamente transforma el artista, mientras
evoluciona, transforma y completa sus lenguajes, es a sí mismo. Y es este
hombre transformado por el arte, el que puede desde la vida transformar la
realidad.
Jorge Oteiza
Cuando Maria Ozcoidi se pone en contacto conmigo
para trasladarme la invitación de Nieves Acedo por parte del Museo de la
Universidad de Navarra para participar en el programa “La obra escogida por...”
relacionada con la obra “Espectador de espectadores” de Equipo Crónica, en un
momento tan especial como es el 50 aniversario de los Encuentros de pamplona de
1972, un evento promovido por la familia Huarte, mecenas y recolectores del uno
de los importantes grupos de donaciones que hoy es albergada en esta institución, me da la oportunidad de “interpretar” una de
las obras más icónicas de los encuentros del 72, además de la particularidad de
ser una de las obras de aquellos encuentros de más contenido político por
razones obvias, pero también por algunos de los motivos que expondré más
adelante.
Justo después de la invitación del MUN recibo
también la invitación de la profesora y Artista Nerea de Diego para participar
en el curso “Desde, hacia, sobre, contra Los Encuentros de Pamplona.”
organizado por la Universidad Pública de Navarra en la que nos propone a Elena
Goñi y a mi hablar sobre “Arte y contexto” en el curso que se celebró en el
Museo de Navarra los días 4 y 5 de octubre y en el que también participó Pedro
Osés, uno de los artistas navarros que
aparecen en el catálogo de los encuentros del 72, por su participación en la
exposición “Arte vasco actual” y gracias al cual tengo una descripción en
primera persona de alguien que vivió el momento de activación del dispositivo
del Equipo Crónica. Además, este curso creo que complementa perfectamente
algunas de las ideas que pretendo plantear en este texto en relación tanto al
lo que puede el arte y a lo que puede el artista en un momento mediado por su
dependencia de la institución / administración.
1972
Como todos sabemos los encuentros surgen como un
regalo a la ciudad de Pamplona por parte de la familia Huarte en homenaje a su
padre recientemente fallecido, los Huarte proponen al grupo Alea (De Pablo y
Alexanco) preparar este homenaje, que a través de una contrapropuesta de estos,
generan lo que luego serán los encuentros de Pamplona, surgidos como un evento nacido
con vocación de Bienal, que no llegó a desarrollarse así por culpa de la falta
de apoyo institucional, lo que hizo que los costes finales del proyecto rondasen
los 10.000.000 de pesetas (algunas fuentes lo elevan a los 16.000.000) y el
secuestro por parte de E.T.A. en 1973 de Felipe Huarte, hijo de los
industriales. Mi opinión al respecto que la politización del evento fuese una
tercera causa de la no continuidad de los encuentros para mí no es relevante.
La única excepción destacable a la politización de
los encuentros por parte de los artistas es la autoexclusión por parte de los
artistas catalanes.
La visión de la familia Huarte, sobre el papel de
los artistas en la sociedad para mi queda clara en cuanto que como familia
avalan el desarrollo de los encuentros de cara a las autoridades y en todas las
lecturas que he realizado al respecto de su labor de mecenazgo es patente que
es desarrollada con una visión excepcional respecto a las necesidades sobre
todo económicas de los artistas.
La información.
Los encuentros como acto político; el que una
familia de industriales promovieran y financiaran los Encuentros es en sí mismo
un acto político, de miembros de la sociedad civil que reivindicaban en las postrimerías
de la dictadura en España la información como un bien precioso ofrecida
a la ciudad de Pamplona en homenaje a su padre, no imagino algo más político
que eso, aunque creo que eso se entiende ahora precisamente por el fracaso que
supuso para las instituciones la falta de continuidad.
Fuego amigo.
El Equipo Crónica participó en los encuentros en
este contexto de los años finales de la dictadura desde una posición próxima al
PCE, hay documentadas muchas dudas en cuanto a su participación e incluso el
cambio de última en la instalación de las 100 piezas dan fe de estas dudas y de
los “equilibrios” que algunos artistas comprometidos políticamente tuvieron que
asumir. La estética Pop de las piezas es asumida con por muchos artistas de la
época como medio de expresión política y es curiosamente criticada tanto por la
derecha reaccionaria a la que dirigen sus mensajes y a su vez muy criticada por
la izquierda y el nacionalismo por ser manifiestamente de influencia
imperialista lo que es realmente paradójico.
Espectador de espectadores es una de las obras más
relevantes en España de arte político, como así fueron, sobre todo los inicios
de la trayectoria del Equipo Crónica, en 1972 los artistas planearon una
intervención en la que una ciudad conservadora y en pleno desarrollo industrial
en la que 100 personajes ciertamente oscuros e inquietantes daban la bienvenida
al amanecer el día de la inauguración de los encuentros. Como ya he explicado
anteriormente el Equipo Crónica decide la noche en que iban a ser instalados
los “ninots” cambiar la ubicación “concentrando” de alguna manera el impacto que
las piezas producirían en el estamento policial al que claramente hacían
referencia.
Siempre hago una división entre las obras de arte
político entre las obras que agencian una representación con diferentes
objetivos y las que tratan de interrumpir el real, pienso que la pieza del
equipo crónica pretendía intervenir en el real, pero fue desactivada por un
lado por la intervención de los asistentes al concierto de Luc Ferrari y sobre
todo por la inacción de las autoridades y la propia organización de los
encuentros, en comunicación continua con el gobernador civil. Por tanto, podría
considerarse una pieza fallida que entraría en la categoría de arte político de
representación aún entendiendo que en su concepción fue pensada como
dispositivo de intervención social.
… La gente del público, entre los que había un núcleo
importante de estudiantes anarquistas de la Universidad de Madrid, empezó a
aplaudir, a gritar y de repente comenzaron a golpear las copias, a lanzarlas
contra el suelo, a decapitarlas. En un principio, el Equipo Crónica pensó en
parar esta reacción, pues era duro contemplar cómo el trabajo de meses acababa
destrozado. Sin embargo, para otros, fue una respuesta estética perfecta, al
suscitar impulsos tan viscerales y apelar a la participación del público de
manera directa (tal y como habían pedido los comisarios desde el texto
inaugural).[3]
Fracaso.
Es por tanto una pieza fallida en cuanto no dio la
respuesta esperada a los artistas que seguramente no podían presuponer que la
organización gozaba de un margen de confianza por parte de las autoridades que
hacía que la intervención de las fuerzas del orden fuese muy medida.
Este fracaso queda de manifiesto en dos hechos, uno
que los artistas nunca recogieron las obras o sus restos en algunos casos y por
otro basándonos en los comentarios publicados en la entrevista a los autores
publicada en la revista Triunfo:
“Creemos que [los Encuentros] han sido instrumentalizados al servicio de intereses particulares. La lista de los “fallos de organización” sería demasiado larga para reseñarla aquí, pero sea cual sea la explicación que se pueda dar concretamente, caso por caso, es evidente que en su conjunto sólo pueden ser interpretados como evidencia de una intención manipuladora (...).Más de la mitad de las actividades programadas o de las obras presentadas no han podido realizarse efectivamente o se han desnaturalizado, sea por defectos de organización, sea por prohibiciones concretas (...) ...creemos que se debe pedir, en primer lugar, responsabilidad en la organización; en segundo lugar, creemos que debe evitarse con la máxima firmeza la manipulación de estos actos, que los convierte en simples indicios triunfalistas, privando a la vanguardia de su fermento de innovación ética y cultural”.[4]
Desde
mi punto de vista es muy recurrente que ante una mal función del dispositivo
los artistas apelen a los “fallos de organización” cuando es mas que evidente,
al menos en este caso, que la situación política en la que se insertó el
dispositivo era de una complejidad inaudita. Por lo que era de esperar que la
propuesta fracasase, aunque fue percibida por los asistentes (según el relato
de pedro Osés) como muy liberador.
Des-encuentros.
Estos días en el contexto de los Encuentros 72-22
Pamplona se ha vuelto a preguntar que puede el arte, que puede cambiar, que
puede visibilizar y más..., la respuesta parece irresoluble pero para mí no lo
es, hay que lograr definitivamente la total emancipación del artista para que
este nuevo agente ejerza su agencia autónomamente.
Esto nos trae al debate más inmediato la cuestión
de que puede el arte contemporáneo y que ya anticipa Jorge Oteiza, la gran
ausencia de los Encuentros del 72 dada su relación con los Huarte.
De la reunión celebrada en la Escuela de Arte de Deva
el 27 de mayo21 surgió otra resolución, la número 2, como complemento a la
adoptada el 17 de abril, en la que se ratificaban los postulados descritos en
aquella, a la vez que añadían la necesidad de crear un grupo de artistas vascos
que trabajase en aras de la cultura popular. Asimismo, insertaron las ideas que
en la Escuela de Arte de Deva22 estaban poniendo en marcha como, por ejemplo,
la interdisciplinariedad inevitable de todas las artes, es decir, no sólo
estudiar las artes plásticas por separado sino también el teatro, la
literatura, el cine, el baile, etc. Este nuevo manifiesto recogía, finalmente,
las propuestas de Jorge Oteiza que eran: la apertura de un local para
información en Pamplona que contase con todo el material audiovisual utilizado
en los Encuentros y que ese material fuese duplicado para enviar a la Escuela
de Arte de Deva; pedía también subvenciones para estos dos centros y, por
último, una participación activa de los artistas vascos en la organización de
unos futuros Encuentros de Pamplona.[5]
Agradecimientos
A Maria Ozcoidi por las conversaciones y la complicidad, a Nieves Acedo por
darme ocasión de hablar de “Espectador de espectadores” a Nacho Miqueleiz por
mostrarme la colección del MUN.
A Susana Indurain, Andreiki y Giovanni por el tiempo robado.
[1] Dispositivo: es el
proceso diseñado por un artista o colectivo de estos con el fin de producir en
el receptor de este artefacto un efecto transformador generalmente en el campo
de las ideas, capaz de generar nuevos procesos en el real.
[2] TESIS DOCTORAL Los encuentros de Pamplona (1972) como
laboratorio de la democracia. Iván López Munuera. Madrid 2016.
[3] TESIS DOCTORAL Los encuentros de Pamplona (1972) como
laboratorio de la democracia. Iván López Munuera. Madrid 2016.
[4] Triunfo. Madrid. Núm. 511. Año XXVII. 15 de julio 1972. P.
11.
[5] LOS ENCUENTROS DE PAMPLONA DE 1972: LA EXPOSICIÓN DE ARTE
VASCO COMO PARADIGMA DE UN ACONTECIMIENTO. MIREN VADILLO EGUINO
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