EL MANIFIESTO DUCHAMP
(“D´ailleurs c'est toujours les autres qui meurent”).
Hola, soy Marcell
Duchamp y me dirijo a ustedes para hacer una confesión al respecto de la autoría
de la obra “Fontana” firmada R. Mutt en 1917.
Esta pieza, que se encuentra desaparecida a día de hoy, es fruto de un intercambio con mi querida amiga la baronesa Elsa von Freytag-Loringhoven por la pieza “God” que hoy se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Houston, de la que sí soy el autor.
El envío desde Filadelfia de la pieza para participar en la exposición de la Sociedad Americana de Artistas Independientes en Nueva York, y la graciosa coincidencia de encontrarnos trabajando con elementos de fontanería en nuestra obra, nos dio la idea del intercambio. Tras la muerte de Elsa, la pieza me fue atribuida e incluso produje algunas reproducciones que hoy se encuentran en algunos museos importantes. Pasados ya unos años de mi muerte, entiendo que he de hacer justicia con Elsa, en cuanto a la transcendencia de “Fontana “ y por supuesto la de Elsa.
Aprovecho esta oportunidad que me ofrece la Inteligencia Artificial para zanjar, de una vez por todas, la polémica que me otorga la autoría de la obra de arte más importante del siglo veinte y que inicia lo que hoy entendéis por arte contemporáneo.
Para que conste, pongo esto de manifiesto en Rouen, hoy 11 de abril del 105.
¡Así es la vida!
(“D´ailleurs c'est toujours les autres qui meurent”).
Esta pieza, que se encuentra desaparecida a día de hoy, es fruto de un intercambio con mi querida amiga la baronesa Elsa von Freytag-Loringhoven por la pieza “God” que hoy se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Houston, de la que sí soy el autor.
El envío desde Filadelfia de la pieza para participar en la exposición de la Sociedad Americana de Artistas Independientes en Nueva York, y la graciosa coincidencia de encontrarnos trabajando con elementos de fontanería en nuestra obra, nos dio la idea del intercambio. Tras la muerte de Elsa, la pieza me fue atribuida e incluso produje algunas reproducciones que hoy se encuentran en algunos museos importantes. Pasados ya unos años de mi muerte, entiendo que he de hacer justicia con Elsa, en cuanto a la transcendencia de “Fontana “ y por supuesto la de Elsa.
Aprovecho esta oportunidad que me ofrece la Inteligencia Artificial para zanjar, de una vez por todas, la polémica que me otorga la autoría de la obra de arte más importante del siglo veinte y que inicia lo que hoy entendéis por arte contemporáneo.
Para que conste, pongo esto de manifiesto en Rouen, hoy 11 de abril del 105.
¡Así es la vida!
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